¿Qué es la ejecución hipotecaria?
La ejecución hipotecaria es un procedimiento legal mediante el cual una entidad financiera reclama judicialmente la deuda hipotecaria impagada, solicitando al juzgado la venta del inmueble dado en garantía para recuperar el dinero prestado.
Está regulada por los artículos 681 a 698 de la Ley de Enjuiciamiento Civil y se inicia cuando el deudor incumple el pago de 12 cuotas si está en la primera mitad del préstamo, o 15 si se encuentra en la segunda mitad.
¿Cómo funciona la ejecución hipotecaria?
Cuando se producen los impagos, el banco da por vencido anticipadamente el préstamo y solicita al juzgado que se subaste el inmueble hipotecado. De esta forma, el valor obtenido de la venta se destina a cubrir la deuda pendiente.
Es importante destacar que la vivienda actúa como garantía de pago del préstamo. Por eso, cuando hay incumplimiento, el prestamista puede activar este mecanismo legal.
¿Hay forma de oponerse a una ejecución hipotecaria?
¡Sí! Aunque pueda parecer irreversible, la ley establece un plazo de 10 días para oponerse a la demanda de ejecución hipotecaria. Pero esta oposición debe basarse en causas legalmente reconocidas, como:
Motivos legales de oposición:
- Extinción de la garantía o de la deuda.
- Errores en el cálculo de la cantidad reclamada.
- Existencia de otras cargas anteriores sobre el bien hipotecado.
- Cláusulas abusivas en el contrato de hipoteca.
Cláusulas abusivas: una clave para frenar la ejecución
Muchas veces, los contratos hipotecarios incluyen cláusulas que vulneran los derechos del consumidor. Estas pueden ser motivo para paralizar o limitar la ejecución hipotecaria, si se detectan y se alegan correctamente.
Algunos ejemplos habituales:
- Cláusula de vencimiento anticipado abusiva: permite al banco reclamar toda la deuda tras impagos menores (incluso con solo una cuota), algo que la ley no permite si no se han superado los 12 o 15 impagos, según el caso.
- Intereses de demora excesivos: cláusulas que imponen intereses desproporcionados por retraso en el pago.
Si el juez detecta estas cláusulas, puede suspender el procedimiento hasta que se cumpla el mínimo legal de impagos, o el banco corrija la liquidación de intereses conforme a la ley (lo que puede reducir notablemente la deuda reclamada).
La ejecución hipotecaria es un proceso complejo y serio, pero no significa que todo esté perdido. La ley protege a los deudores frente a abusos y errores, y existen formas de oponerse si se actúa con rapidez y conocimiento. Si te enfrentas a un proceso de este tipo, buscar asesoramiento legal especializado es fundamental para defender tus derechos y evitar la pérdida injusta de tu vivienda.
- Sobre la autora
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Licenciada en Derecho por la Universidad de Sevilla y cofundadora de Necker Abogados, ejerce en el ámbito del Derecho Civil y Concursal. Especializada en insolvencia, concursos de acreedores y Segunda Oportunidad, también actúa como Administradora Concursal. Colegiada 15.280 del Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla.